El 1 de Septiembre de 1923 un gran terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter destrozó las ciudades de Yokohama, Chiba, Kanagawa Shizouka y Tokio, dejando un total de más de 100.000 muertos y 37.000 desaparecidos. En la capital japonesa, un joven Akira Kurosawa, que entonces contaba sólo con 13 años, caminó entre montañas de escombros y cadáveres, acompañado de su hermano mayor Heigo, que le obligó a mirar el desolador panorama, a enfrentarse a sus peores miedos.
67 años después, ya consagrado como uno de los grandes directores de cine del Siglo XX, realizó la película "Dreams", una serie de historias cortas, supuestamente basadas en sueños y pesadillas de distintas épocas de su vida; la sexta de estas historias, "Mount Fuji in red", cuenta cómo una central nuclear CON SEIS REACTORES empieza a fundirse haciendo que millones de japoneses tengan que huir a través del océano. Aun siendo un tema lógico para un director japonés, tan marcados por la bomba atómica, una vez más la realidad supera la ficción o, como dijo Oscar Wilde: "La vida, la mísera vida, verosímil y sin interés, reproduce las maravillas del arte."
"Man's stupidity is unbelievable"