11 junio 2006

Cualquier tiempo pasado fue



"¿Qué otra cosa quieres tú, mundo, sino transformarte en invisible dentro de nosotros?"

Rilke pasea por Ronda, escribe versos, sueña, ama a Lou Andreas Salomé, es secretario de Rodin, se pincha con una rosa, muere.

" Quién, si yo gritase, me oiría desde los coros de los ángeles?
Y aun suponiendo que alguno de ellos me acogiera de pronto en su corazón,
yo desaparecería ante su existencia más poderosa.
Porque lo bello no es sino el comienzo de lo terrible, ése que todavía podemos soportar;
y lo admiramos tanto porque, sereno, desdeña el destruirnos.
Todo ángel es terrible."

(Elegía 1).

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